martes, 3 de agosto de 2010

Intempestivo al plato

NO
sabe del mismo modo
la manzana pensada
que el carozo atorado.

El mismo mantel de intenciones bifurcadas
hace estragos dentro del objeto de mi alma,
la mira difusa
la mirada cabizbaja...

¡Mirìadas de soles me hacen frenten en altamar!

Y caigo con ello perplejo ante el impulso
de rebanar al Dios que representa el cuerpo del pan.

NO
es lo mismo la sangre que un sismo
en una entrepierna que se refleja en la menarca
de un inicio que trasciende hacia el himen de la voluptuosidad.

Pero yace agotado mi apetito.

El postre os lo arrojo al vacìo
que el espiritu ha elaborado.

Me dirijo a la tertulia
sin amigos
sin higos ni bendiciones
con mas angustia que mañana
con menos deseo que ayer...

Salud!